Otra vez es día del padre, ¡me lleva la chingada!. Ahora mismo, no tengo precisamente buenos recuerdos de mi padre y yo, creo que han sido más los momentos amargos con él que otra cosa. No sé, tiene la malsana manía de que cada vez que sonrió le parece un buen momento para echarme a perder el motivo de la sonrisa. Lo mismo da si es una buena película, -o mi versión de buena película-, un par de rolas muy estupidas o la parte más vital de mi exicistencia. La música electrónica y sus fiestas.
Sinceramente, hace por lo menos ocho años que «mi familia» como tal dejó de importarme. Y cada vez que veo que la telera se inunda de promociones de «este día del padre» o «haz feliz a mamá» lo único que se me ocurre pensar, es publicistas: Chinguen a su madre.
Aunque he de aceptar que le debo algunas al guey. Como mantenerme con vida, pagar internet, ahh y haber servido como la primera fuente de música, fuera de eso. Me vale.
Feliz día del padre a los que les importan sus jefes.
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