Sigo en el proceso de adaptarme a la nuevo, absorte y sabroso ritmo de vida que llevo. Mi queja mayor sigue siendo esa de no dormir, el pinche tiempo de traslado, pues por tarugadas con mi padre, no’mas no he podido cambiarme de casa, ergo no he podido librarme de mi madre.
Aunque eso si, además de echar de menos a mi cama, aunque me deja moretones la cabrona, extraño a mis amigas, que si de por si nos veíamos una vez cada mil años ahora es más cabrón vernos, sobretodo porque ellas regresaron a clases, y si le sumamos el asunto de que me estoy volviendo workaholic… pues está todavía pior. Así, con «I»
Todos los días aprendo algo nuevo, dentro del estres, mis compañeritos se han vuelto más que mi familia. Hasta los extraño los fines de semana, me cae de madres. Aunque si, mi panza ya está pagando las consecuencias de mi adicción al café, y al cigarrillo, y lo peor del caso es que ya no los consumo taaaaaaaaaanto como antes.
Sigo adpatandome que es lo único cierto. Mis dos neuronas están ocupadas todo el día, incluso cuando estoy medio jetona, eso está súper padre, porque no me da tiempo a deprimirme en lo más mínimo. El Rank, osease mi cámara, está de regreso después de el bajón, yo diría que emocional, que tuvo hace un mes. También lo extrañe al pinche puto.
Hablando de procesos, el cumpleaños de mi blog instucional, fue la hostia, aunque me gustaría celebrarlo con todos ustedes mis queridos, bienamados, y adorados lectores, proximamente.
Mi vida está en orden, cosa, realmente extraña.
Y na’mas de puro pinche gusto
Love to Love you Baby de David papacito Vendetta. Que me urge que venga a México por cierto.
Procesos, sigo en medio de ellos, y cómo que me están gustando. Ahora estoy planeando cómo llevarme a mi gorda gata a la oficina, nel, mejor no porque se encabrona.
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