Sí hay algo que me ha repateado el hígado desde hace no mucho es el hipster wannabe. Ese que entre 2003 y 2008 consumía exactamente los mismos productos que yo -musicalmente hablando- pero que no encajaban del todo en la tribu del mainstream. Con el tiempo construyeron su ghetto intelectual de izquierda progresista wannabe en la Condesa y la Roma. En dónde es muy fácil escuchar en cualquier esquina cosas como:

Güey es que estoy haciendo un documental sobre los djs que tocan con serato vs los que tocan con vinyl, pero obvio independiente.

Es qué a mi también me gusta Tiësto, pero  no se lo digas a nadie, que oso.

Es qué soy productor techno, ayer me bajé de torrents Pro tools para masterizar.

Soy publicista de día, pero los fines de semana soy dj en el antro qué está enfrente de mi casa.

Sí, voy al Corona Capital, claro. Obvi hay que estar ahí. ¿Qué quién toca eso es lo de menos?

Es qué soy bien geek tengo un blog desde ayer.

Y demás expresiones que cuando llevas cierto tiempo en algo dices me lleva la chingada, ¿Sabrán realmente de lo que están hablando? Para mi gusto es una tribu, qué quiere ser, sin ser. Hasta hace no mucho, antes de que a los hipsters les pusieran la etiqueta de hipsters, era muy divertido pelearte con ellos ¿Por qué? Por qué sabían exactamente de qué estaban hablando eran clavados en sus convicciones, fueran cuales fueran.

Si hablaban de libros, hablaban chingon de libros. Si hablaban de música electrónica, hablaban de música electrónica y no mamadas.  Si se iban de viaje, se iban de viaje a conocer de frente eso que les gustaba y les volvía locos.

Era un placer malsano pelearte con tu contraparte. Digo contraparte, porque la neta, yo si, publicamente acepto ser hija del mainstream. No me da ningún empacho decir que si, me gusta Tiësto y alguna vez pague por verlo, y una serie de artistas que en 2002-2006, englobaban como  «esos de la global underground»,  lease  con un tono despectivo porque les parecía muy mainstream.

No sé qué pasó, pero a partir de 2008,  el hipster, el de verdad, el que se ponía bien loco porqué había gente como yo que prefería a Darren Emerson sobre, no sé, Derrick May, comenzó a diluirse hasta crear una bebida digerida y ligth de lo que es un hipster que se respete.

Ahora no se juntan en la casa de alguien, nel, tienen sus propios antros, sus propios festivales, y además su epicentro, más bien su habitat natural.  Una que es ñoña desclosetada, pues mejor se alejó de la zona Roma- Condesa para no escuchar sus conversaciones de hueva y sin fundamento.

El problema de que esta tribu de pantalones apretados, es qué comenzó a invadir MI habitat natural. Digamos que fui al EDC el año pasado, y que estaba babeando a Axwell mientras tocaba en el mainsteage, digamos que volteo y veo una tribu wannabe hipster justo detrás de mi cagando el palo con sus comentarios que ni al caso.  ¿Qué no tienen el Corona Capital? Osea, me he perdido de bandas como Gus Gus, The Chemical Brothers o la que me ardió más Portishead para no tener que escuchar sus comentarios editoriales para que vengan a invadir mi habitat natural. Grrrr

Digamos que fuí a ver a Sebastian Ingrosso, y además de los yoloescuincles corriendo libremente por Expo Bancomer, ví a la misma pinche tribu hipster en un rincón viboreando alegremente, y ¡bailando!. ¿Osea como?  ¿No que les caga en los huevos la cultura masiva?

¡Me recargo en la pared!

Hace no mucho una amiga y yo fuimos a ver a Röyksopp al auditorio Blackberry, si, si, contra mis principios me metí al epicentro hipster por excelencia pero ver un show como este es una maravilla que bien vale la pena.

Sin contar que son uno de mis proyectos favoritos desde 2001, si 2001, antes de que sus barbudas mentecillas supieran qué se hacía música electrónica sabrosa en Noruega. Pal caso, salí entre que de malas y frustrada. Cuando eres fan de algo pos cuando lo tienes enfrente necesitas disfrutar el momento, echarte una bailada  ¿Por qué no? Pero es que rodeada de tanto wannabe diciendo que no tenían ni puta idea de a quién estaban viendo quería agarrar mi vaso de cerveza y meterselos por Detroit.

¿No sé la viven quejándose de lo popular? ¿No saben qué es Röyksopp tomando en cuenta de que ya se trata de una banda consolidada es decir mainstream? Puta madre, no entiendo nada. Lo mismo me pasó con personajes como Benjamin Diamond en el Rhodesia.

 Tampoco puedo ir a una cafeteria como el Pendulo, porqué a mi que me gustan las lecturas profundas, onda Milan Kundera, onda Murakami, onda lo que se vea más sabroso en la estantería y que no sea Best Seller,  Porque ya están por ahí hable y hable de los títulos que me gustan pero que escucharon en un audiolibro, o pendejadas por el estilo.

Sí, cuando puedo compró productos que no sean agresivos con el ambiente, tampoco soy muy fan de las corporaciones, o de como el gobierno maneja este país. Pero en cuanto veo un hipster wannabe abriendo su boca llena de dientes para opinar de algo que, vamos ha leído o vivido con encimita automáticamente se me quitan las ganas de hacer lo que hago.

Cha-le. Y lo peor, no es eso, es que muchos hipsters no pagan la entrada a los conciertos de mi habitat mainstream natural. No ni madres, siempre están mendigando cortesías.

Vamos, la neta, no solo es con los hipsters, me emputa sobremanera la gente ligth, la pose y el wanna be. ¿Son o no son? Defínanse de una chingada vez.  Sobretodo porque hay gente dañada como su servilleta que de verdad hace y dice las cosas por convicción real. No nada más porqué es cool. Que si, se  la ha rifado durante años  para conocer lo que conoce, o por hacer las cosas como las hace.

Si van  a ser algo, seanlo de verdad, y no se anden con mamadas de moda por fa.

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Soy Minerva Ocampo

Directora General de Be Tronic Music, imparable entusiasta profesional de la música electrónica y tecnología, con más de 15 años en la industria.

Su experiencia se puede dividir en los ramos de colaboradora editorial y redactora para medios especializados (DJ Mag México, Vice México), guionista de televisión trasmitidos por Telehit (+Mas Nescafé, EMPO TV) y redactora de reseñas de venta de discos y promocionales, promocionales de internet, radio y televisión.

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